Juntos


     Es muy común observar a un individuo evadir un problema cuando considera que no lo afecta directamente, mirar a otro lado y pensar “eso lo resuelve otro”; si ésta misma actitud la adoptan 5, 20, 100 personas, una comunidad, ciudad o país entero, dicho problema pasa de ser una simple roca en el camino a una montaña entera.
     Un árbol caído, en plena avenida principal donde circulan cientos de vehículos diariamente, cada uno piensa en su destino y no se preocupa por los demás, la impaciencia por avanzar lo más rápido posible incluso hace que las vías se congestionen aún más. Las autoridades cuya labor es servir y ayudar a los ciudadanos evaden tal responsabilidad en la mayoría de casos y no actúan; bajo una intensa lluvia que hace más apremiante el panorama, un niño decide hacer algo.
     Parece imposible que un pequeño pueda por sí mismo mover el tronco, incluso una tontería, pensarán muchos, pero es aquí donde la actitud entra en escena, el niño no tiene la fuerza física para desplazar el árbol, pero si tuvo la fortaleza mental de asumir la responsabilidad ante la problemática y decir “puedo hacer algo”, es la chispa que despierta a las masas.
     Juntos, movieron el árbol; juntos, resolvieron el problema; juntos, derribaron la montaña; y además se llenaron de una energía positiva al lograr el objetivo, un pequeño acto de fraternidad y compromiso que no les tomó grandes contratiempos e hizo que el día se despejara y les dejó una satisfacción personal.
     El mensaje del audiovisual deja en claro lo que unidos un pueblo puede conseguir, inclusive ante la inoperancia de los entes públicos, que en teoría, resguardan y velan por el bienestar de la comunidad, aunque se puede deducir que tales acciones se desarrollan en otro país, otra cultura, tal vez un tanto diferente a la de Venezuela. La situación política y social de la nación es un cúmulo de evasiones a las problemáticas por parte del pueblo y el acostumbrarse a ello.
     Ha sido necesario soportar 18 años de mala gestión gubernamental y tocar casi el fondo de la miseria para que los venezolanos reaccionen; lamentablemente, para mover el tronco más grande y pesado que el pueblo ha dejado que se pudra y eche raíces profundas que lo aferran a su posición, se debe luchar y pagar con sangre.
     Toda victoria requiere sacrificio, esfuerzo y constancia; para mover el árbol se mojaron bajo la lluvia y ensuciaron la ropa, pero ver el sol salir y despejar la vía valió la pena al máximo. Venezuela debe aprender de sus errores y pelear unida por una vida y futuro mejores, los venezolanos somos un pueblo maravilloso.

Luis Santana

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